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¿Cómo elegir abogado?

 

Esta es la pregunta que muchas personas se hacen en algún momento de su vida cuando se enfrentan a un problema legal. La respuesta para el lector, considerando que soy abogado, sería fácil: venga a mi despacho y le solucionaré el problema.

 

Pero no, el objetivo de este post no es “venderme” sino ofrecer al lector perspectivas, desde mi experiencia, que es posible no haya contemplado si con anterioridad no ha contratado servicios jurídicos.

 

La información que proporcionaré a continuación, que como he apuntado antes, se basa en mi experiencia profesional, debe interpretarse en sentido amplio, es decir, es una recopilación de mis vivencias diarias, en la que uno persigue mejorar escuchando a los clientes.

 

Pero al mismo tiempo, lo que los clientes que han pasado por el despacho me han transmitido en cuanto a sus expectativas al contratar el servicio y sus quejas respecto a otras situaciones o experiencias previas.

 

 

Sin más y para facilitar la exposición, lo dividiré en cuatro apartados que se corresponden con las 4 etapas claves del servicio:

 

 

1. LA BÚSQUEDA

 

Hasta hace relativamente poco tiempo la búsqueda de un abogado era básicamente a través del “boca a boca”, hoy día se busca, como todo, en Google. Pero ¿porqué no combinar ambos métodos? De esta forma podremos obtener resultados más fiables. Vayamos por pasos:

 

  1. Pregunta a amigos, conocidos y familiares, considerando que normalmente buscarás un despacho local, seguro que ya tienes las primeras referencias (buenas y malas)
  2. Busca en Google, (también es recomendable usar Bing y Yahoo) utilizando como términos de búsqueda el problema concreto que tengas, por ejemplo: “abogado laboralistas en Málaga para despido disciplinario”.
  3. Visita las páginas webs de los abogados que te han recomendado y de los que Google te haya mostrado.
  4. Dirígete a los perfiles de los profesionales para comprobar qué información ofrecen: con especial atención a su formación y experiencia. Y después introduce su nombre completo en Google para ver los resultados que ofrece.
  5. Visita portales jurídicos especializados, en muchos de ellos, hay comentarios de clientes que también te pueden servir de referencia.

 

A partir de esta búsqueda, seguro que ya existen nombres de abogados o despachos que se repiten, ya tienes el filtro aplicado, ahora toca establecer contacto.

 

 

2. LA CONTRATACIÓN

 

¿Qué pasos seguir?

  1. Lo primero, establecer contacto ya sea telefónico o por correo electrónico, para concertar una primera visita dónde exponer el caso. Algunas señales de alerta: Si no te contestan, te dan evasivas, o necesitas varios intentos para que te atiendan: cambia de abogado. Si todavía no eres cliente y no te prestan atención ¿Qué puedes esperar después?
  2. Infórmate del coste de la primera visita.
  3. Durante la primera reunión expón el caso y sobre todo pregunta, no te quedes con dudas, estás ahí para eso. También te servirá para tener una impresión personal del abogado: si domina la materia, si es claro y si me inspira confianza.
  4. Pide presupuesto por escrito, e infórmate de la forma de pago y gastos adicionales como pueden ser procurador, tasas, poder notarial o cualquier otro.
  5. Si aceptas el presupuesto es muy recomendable firmar una “hoja de encargo” es un contrato entre tú y el abogado que te servirá como garantía de las condiciones de contratación. Si el abogado no quiere, desconfía.

 

 

3. DURANTE EL PROCEDIMIENTO:

 

Este es otro aspecto que genera muchas quejas y descontentos a los clientes de servicios jurídicos, la mayor parte de ellas por dos motivos:

  1. La falta de información del estado del expediente por parte del abogado
  2. La imposibilidad de contactar con el abogado: no tiene citas disponibles, está reunido, no me devuelve las llamadas y van pasando los meses.

 

Respecto a la información al cliente hemos de decir que hay muchos procedimientos que duran varios años y que hay muchos actos de mero trámite que no es necesario comunicar al cliente ya que no le aporta nada nuevo al caso.

También he de decir que no todos los casos son urgentes ni requieren del móvil del profesional a todas horas, ya que corremos el riesgo de que acabe no contestando.

 

Ahora bien, es una buena política de atención y servicio al cliente en los despachos de abogados:

  • Informar con cierta periodicidad sobre los avances del caso, con ello sabremos que nuestro expediente no está en el “cajón del olvido”
  • Siempre, devolver las llamadas al cliente que está preocupado por su caso. Esto ayudará a aumentar la confianza en el profesional.
  • Con las nuevas tecnologías, cada vez más abogados disponen de sistemas de gestión de expedientes online, donde el cliente puede acceder a la información del estado de su caso a través de internet 24 horas al día, sin tener que estar supeditado al horario del despacho y la disponibilidad del abogado y lo mejor, sin coste adicional.

 

¿Te parece importante estar informado? Si es así, te recomendamos que consultes con tu abogado cuál es su sistema de trabajo respecto a los puntos anteriores.

 

 

4. TRAS LA CONCLUSIÓN DEL ENCARGO

 

Ya ha finalizado nuestro encargo, antes de decir adiós, sin más, y aunque ya no podamos cambiar de abogado, sí podremos decidir volver para otro asunto.

Consideramos como otro indicador de calidad, que al finalizar el asunto, además de la minuta, el despacho facilite al cliente copia de la documentación que le pueda hacer falta en el futuro, ya sea por cuestiones fiscales o de otra índole. Con ellos evitaremos tener que volver a la vuelta de un tiempo a solicitar información de un expediente que ya está archivado y me haga perder tiempo.

 

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